La actividad de los
indignados continúa a través de plataformas
Cuenca. Pilar Piqueras, Raquel Martín y Cristina Barba
Dos años
después de que estallara el 15M, surgen
preguntas acerca de la presencia de este movimiento en las ciudades españolas.
En las capitales como Madrid, Barcelona o Valencia, es evidente que la
actividad continúa a través de diferentes mecanismos. Sin embargo, existen
dudas en cuanto a la situación en las ciudades pequeñas, como es el caso de
Cuenca. ¿Es posible que el movimiento haya permanecido o se haya fragmentado?
¿Ha perdido fuerza o ha desaparecido?
Marta Pérez, que trabaja
como diseñadora gráfica en la Universidad de Castilla – La Mancha, fue una de las impulsoras del movimiento en la
ciudad conquense. Hacía febrero de 2011, antes de la masiva manifestación en
Sol, en muchas ciudades españolas se fueron organizando distintas
concentraciones bajo los lemas de ‘Democracia Real Ya!’ o ‘Estado de Malestar’.
En el caso de Cuenca, Marta y su compañera Flora Pérez, traductora, se
encargaron de organizar asambleas todos los viernes donde repartían información
a los viandantes. Estas reuniones estaban formadas por unas veinte personas que
mantenían la consigna del ‘Estado del Malestar’, al igual que en otras ciudades
españolas. A lo largo de los meses, las asambleas fueron tomando forma a través
de grupos creados en redes sociales como Facebook. Gracias a una fuerte
coordinación en la red, se logró organizar finalmente una concentración en
Cuenca para apoyar a la Plaza del Sol de Madrid, un 15 de mayo de 2011.
Primera concentración en apoyo a la Acampada Sol en Cuenca. 2011 |
A la hora de hablar de las
motivaciones que cada persona tenía para involucrarse en la lucha del
movimiento, existe un gran abanico de razones y motivos personales. Un aspecto
que sí podría englobar esta unión inicial fue el descontento. Es claramente
imposible adivinar la motivación que cada persona tiene a la hora de sentirse
afín a un movimiento u otro. Pero sí es posible entender que existía un
sentimiento de descontento común y una necesidad de cambiar la situación por
parte de las miles de personas que acamparon en las plazas de las distintas
ciudades españolas. En Cuenca la situación no era muy distinta, tal y como
apunta Marta Pérez: “existía una
inestabilidad desde Aznar que nos estaba quemando a todos”. Es el caso
también de Miguel Ángel Escobar, maestro de inglés, que sentía la necesidad de
un cambio en la sociedad y en el sistema: “Llevaba
ya muchos meses, incluso un par de años que sentía que las cosas no estaban
bien ni a nivel político ni a nivel social, pero sobre todo, no estaban bien a
nivel humano. La sociedad estaba demasiado desmembrada y el ser humano
demasiado desconectado de otros seres humanos”.
Una de las concentraciones en la Plaza de San Esteban de Cuenca. 2011 |
Así durante la Acampada Cuenca, ubicada en la Plaza de San Esteban, se dieron lugar asambleas generales diarias. El funcionamiento de la acampada respondía con creces a la esencia del movimiento, basado en una estructura horizontal y alejada de jerarquías. Tal y como se afirma en su informe de organización, y como en el resto de las ciudades españolas, el 15M en Cuenca se organizó a través de comisiones de trabajo de diferente temática, véase Comisión de Comunicación, Comisión de Acción, o Comisión de Extensión. En las reuniones de estos grupos se recogían y se llevaban a cabo las propuestas que eran votadas en la asamblea general.
Durante
este período, Acampada Cuenca estaba formada por un grupo heterogéneo de
personas que aparentemente no estaban vinculadas a ningún partido, y que
respondían a múltiples ideologías. En cuestiones de edad, predominaba un sector
mucho más joven en contraposición con los inicios, en los que la actividad era
llevada a cabo por un sector de gente más mayor, que a raíz de Acampada Cuenca,
fue desvinculándose. Así lo afirma Flora Pérez, quien fue testigo de un cambio
en el perfil de los ‘indignados’ una vez establecida la acampada: “Después del
15 de mayo, todo cambió radicalmente. El éxito de la convocatoria, inesperado
incluso para todos los organizadores nacionales, atrajo a miles de personas a
todas las plazas de España. Todo lo que pasó antes del 15M desapareció como el
humo, y el movimiento adquirió un tono diferente. Se había prendido una mecha y
había nacido el 15M, con otros organizadores y una coordinación más
disciplinaria; con gente más joven que los precursores y con el nacimiento de
las asambleas callejeras”. La
organización se consolidaba y se disciplinaban los argumentos, pero del grupo
original de la concentración del ‘Estado del Malestar’ quedaban pocos miembros.
En este punto se plantean algunos aspectos como por ejemplo, ¿Por qué esa
desvinculación? Marta Pérez lo relaciona con una cuestión de tiempo y de la
consolidación de la idea central: “se
necesitaba tiempo y la gente no lo tenía. Al principio todo era más ‘light’,
pero a medida que se fueron consolidando los argumentos, muchos dejaron de
sentirse identificados con el movimiento”.
Después de
un mes de movilización en la Plaza de San Esteban, la Acampada Cuenca levantó
su campamento el 19 de junio de 2011. Es en este momento cuando se empezaron a
notar los puntos débiles del 15M conquense. Se han barajado distintas
posibilidades sobre cuál puede haber sido el motivo de esta desarticulación,
pero todo apunta a una cuestión de tiempo y de calendarios. Teniendo en cuenta
el predominio de estudiantes y universitarios en la Acampada Cuenca, la llegada
del verano supuso el regreso para muchos a sus ciudades y pueblos de origen,
dejando a un lado la actividad. Como apunta Pérez, “siempre hay mucha gente que se implica inicialmente, pero después se
desmotiva y abandona”. Tras el verano, hubo un repunte en la actividad con
la manifestación del 15
de octubre, pero el
resurgir no duró demasiado. Definitivamente, tras las vacaciones de verano, el
movimiento fue perdiendo fuerza. Los que en su día empezaron, o bien ya no
residen en Cuenca, o bien dejaron al lado la actividad, o bien la continuaron
desde otras plataformas.
Muchos
achacan esta pérdida de fuerza al hecho de que Cuenca sea una ciudad pequeña,
con poco ambiente y cercana a Madrid. Así lo cree Marta Pérez: “En Cuenca, había mucha gente que estaba a
favor del movimiento pero miraban a Sol. Nos veían como los cuatro niñatos que
no saben de lo que hablan, o al menos, esa es la sensación que yo tengo. De
hecho, había personas que iban a manifestarse a Madrid y en realidad, donde
hacían falta fuerzas era aquí”.
Es más que
evidente que muchos de los que en su día integraron el 15M en Cuenca, se han
ido desvinculando. Según Marta Pérez, las razones se basan principalmente en
cambios de residencia, falta de compromiso por falta de tiempo, concreción de
los objetivos, etc. Sin embargo, ante la situación de un cambio de residencia,
muchos no parecen dejar la actividad completamente. Es el caso de Flora Pérez,
que sigue el movimiento por la red: “Actualmente me dedico sólo al ‘clickactivismo’ (difusión online). Tenía que
retomar mi vida por circunstancias personales. Hago mi
aportación difundiendo lo que creo más interesante para la concienciación de
ciertos asuntos”. En otros casos, han prevalecido otras razones de
carácter más personal como reconoce Ana Baeza, una de las antiguas integrantes:
“No sigo
vinculada al movimiento porque ya no vivo en Cuenca por una parte, y por otra
parte porque dejó de ser lo que yo esperaba y se politizó mucho, se burocratizó
cualquier acción y en las asambleas no se llegaba a nada, era todo marear la
perdiz. Ya no era aquello en lo que había empezado con tanta ilusión...”
|
Asamblea de la PAH de Cuenca. 2013 |
Al haberse concretado los objetivos,
también ha cambiado el perfil de los militantes. En función de la materia de
las reivindicaciones (educación, sanidad, afectados por la hipoteca, etc.),
suele predominar un perfil característico. Por lo general, las nuevas
plataformas están formadas por gente de mediana edad que se ve perjudicada por
los recortes o la legislación restrictiva en diferentes sectores. En relación a
ello, Marta, que en la actualidad colabora en la comunicación y cartelería de
diferentes asambleas, cree que es un error: “Antes
teníamos unos objetivos más generales, pedíamos más democracia, íbamos en
contra del sistema… Y sin embargo, ahora se ha ido demasiado a lo concreto.
Está muy bien que la gente se agrupe y defienda lo que les toca a nivel de su
trabajo. Pero para mí, es un problema que esas personas se centren solo en
defender lo suyo. Me parece una postura un poco egoísta. Además, la raíz de
todos los problemas es la misma: el sistema”. Según esta indignada debería
haber más unión y claridad entre los integrantes de estas plataformas. También considera
que es un problema que muchos de los que integran las plataformas pertenezcan a
partidos políticos como el PSOE, y se replantea dudas acerca de las intenciones
de este tipo de filiación. Según Marta, es un error denunciar al gobierno
popular sin hacer autocrítica, ya que induce a la confusión de la ciudadanía.
|
Concentración del 15M en Cuenca en el año 2011 |
La evolución del movimiento
en Cuenca ha demostrado que hay motivos para la esperanza. La reciente intervención
para que no
se privatizara la perrera municipal ha logrado salvar la vida de muchos
animales. Además, existe una lucha activa para que el ayuntamiento conquense no
privatice
la gestión del agua, llevada a cabo por la Plataforma en Defensa de
los Servicios Públicos y Sociales de Cuenca. Todo ello demuestra que la
actividad, aunque transformada en diferentes objetivos y plataformas, sigue
presente en la agenda de los ‘indignados’ conquenses. Poco a poco se van
cumpliendo estas pequeñas metas y se plantean nuevos retos, lo que indica que
la lucha del 15M no ha desaparecido realmente en Cuenca. Una de las razones por
la que podemos llegar a esta conclusión, es el espíritu de cambio que afirman
tener muchos de los entrevistados, como Marta Pérez: “Creo que aunque físicamente haya perdido fuerza, la gente ha asimilado
los conceptos básicos y ha comprendido que esto no es una verdadera democracia.
El 15M ya está en el interior de las personas, y una vez que has estado
vinculado al movimiento, es difícil abandonarlo realmente”.
La pervivencia del
movimiento en Cuenca se pudo comprobar el pasado día 15 de mayo en el acto
conmemorativo que se celebró en la Plaza de la Hispanidad. Los asistentes
volvieron a reunirse en círculo y a debatir sobre la huella que ha dejado el
15M en la ciudad dos años después. La mayoría coincidieron en la importancia
del movimiento en la ciudadanía como una toma de conciencia y un cambio de
actitud. Además, resaltaron la grata experiencia personal que ha supuesto formar
parte del primitivo 15M y de las posteriores plataformas que han ido surgiendo.
Sobre todo, les ha ayudado a darse cuenta que no están solos en su lucha.
La celebración de un acto
como éste demuestra la influencia del movimiento en la ciudad. Puede que haya
cambiado la estructura y organización del
movimiento, pero la esencia sigue viva.
No hay comentarios:
Publicar un comentario