martes, 6 de marzo de 2012

Periodismo de investigación ¿nutrido de fuentes fidedignas?

La puesta en escena del daño  que se le puede hacer a un periodista con una reputación intachable hasta el momento, acusado de informaciones difamatorias a una importante empresa. Uno de los puntos que me llaman la atención es el escaso compromiso de los demás profesionales de los medios de rastrear esa información, primando el descalificar a un colega de profesión. La competencia siempre ha existido, pero ¿prima sobre la información verídica? En este caso sí, lo importante es desprestigiar a Mickel. Son los periodistas los encargados de desmantelar este tipo de corrupciones políticas; sin embargo si la información que se investiga es perjudicial para algunos de los poderosos empresarios y empresas todo se complica. La lectura es un claro manifiesto de lo complicado que puede resultar a los periodistas el enfrentarse a según qué temas. Es muy llamativo que en sólo una ocasión se exponga por un lado, la carrera exitosa de Mickel, y por otro lado la trayectoria profesional que “indica que era un reportero muy prudente”, acompañando sus investigaciones de documentación sólida.
El hecho de que Salander sea la única que construya otra realidad que la obvia y especule con la sentencia judicial, deja entrever las incógnitas que plantea la denuncia de difamación. La duda que comienza a existir en el caso Wennerström, sobre las difamaciones del periodista  Mikael Bolmkvist comienza a plantear la honestidad de la empresa en otras ocasiones. También es importante añadir que la importancia de las fuentes y las consecuencias que éstas te pueden ocasionar. Como conclusión de estas primeras 90 páginas del libro Los hombres que no amaban a las mujeres, resaltaría lo importante que es la información y lo difícil que es llevar a cabo este tipo de trabajos. Dónde lo que prima son los intereses económicos y sociales de algunas personas, que están por encima de la investigación para esclarecer la verdad del asunto. Cuando jugamos con enfrentarnos al poder y el dinero, para esclarecer un hecho que puede resultar perjudicial para especuladores, los problemas comienzan a aflorar. Empresarios que se enriquecen a consta de mercados y políticas que se lo permiten. Inversores que a través de divisas, inmuebles, negocios con los que ganar dinero de forma rápida, sin ningún tipo de ética, ni conciencia social. Todo un entramado de influencias: juntas directivas de empresas, bancos y el gobierno aceptando situaciones similares.
No está tan lejos de la realidad en la que hoy día vivimos. Multimillonarios que montan tramas para lucrarse, en su mayoría pertenecientes a las élites de las finanzas. Temas de corrupciones políticas que están a la orden del día, hilos que conectan empresas y cargos públicos. ¿Somos conscientes de lo que sucede en nuestro país, en nuestro mundo? Historias que nunca saldrán a la luz, nunca llegaremos a conocer porque hay a quién le interesa que sea así. Podemos recordar muchos casos de este tipo: imputados que resultan ser absueltos, tráfico de influencias, facturas sin justificas…muchas cuestiones similares, inundan nuestra prensa y medios de comunicación diariamente. La tarea principal de un periodista de investigación es desmantelar y demostrar que algunos se enriquezcan de  los contribuyentes y negocios fraudulentos. Incluso a empresas como Milton Security con dedicación a investigaciones de este tipo, la presión, las influencias…le hacen en un principio pensar y  mermarse ante estos asuntos. La información debe ser tranparente, fluida, concreta… Es un derecho que las personas debemos exigir y valorar como se merece. En una sociedad democrática el derecho de informar y ser informado es uno de los principios fundamentales que se deben respetar.




Alba Martínez Quintero. (@albabarambio)

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