domingo, 28 de abril de 2013

¿Qué ha sido del 15M en Cuenca?



La actividad de los indignados continúa a través de plataformas


Cuenca. Pilar Piqueras, Raquel Martín y Cristina Barba
Dos años después de que estallara el 15M,  surgen preguntas acerca de la presencia de este movimiento en las ciudades españolas. En las capitales como Madrid, Barcelona o Valencia, es evidente que la actividad continúa a través de diferentes mecanismos. Sin embargo, existen dudas en cuanto a la situación en las ciudades pequeñas, como es el caso de Cuenca. ¿Es posible que el movimiento haya permanecido o se haya fragmentado? ¿Ha perdido fuerza o ha desaparecido?

Marta Pérez, que trabaja como diseñadora gráfica en la Universidad de Castilla – La Mancha,  fue una de las impulsoras del movimiento en la ciudad conquense. Hacía febrero de 2011, antes de la masiva manifestación en Sol, en muchas ciudades españolas se fueron organizando distintas concentraciones bajo los lemas de ‘Democracia Real Ya!’ o ‘Estado de Malestar’. En el caso de Cuenca, Marta y su compañera Flora Pérez, traductora, se encargaron de organizar asambleas todos los viernes donde repartían información a los viandantes. Estas reuniones estaban formadas por unas veinte personas que mantenían la consigna del ‘Estado del Malestar’, al igual que en otras ciudades españolas. A lo largo de los meses, las asambleas fueron tomando forma a través de grupos creados en redes sociales como Facebook. Gracias a una fuerte coordinación en la red, se logró organizar finalmente una concentración en Cuenca para apoyar a la Plaza del Sol de Madrid, un 15 de mayo de 2011.

Primera concentración en apoyo a la Acampada
 Sol en Cuenca. 2011
La afluencia de unas doscientas personas dio impulso a los ‘indignados’ conquenses a poner en marcha una acampada similar a las que ya se habían organizado en las ciudades grandes, que se conoció desde entonces como Acampada Cuenca.

A la hora de hablar de las motivaciones que cada persona tenía para involucrarse en la lucha del movimiento, existe un gran abanico de razones y motivos personales. Un aspecto que sí podría englobar esta unión inicial fue el descontento. Es claramente imposible adivinar la motivación que cada persona tiene a la hora de sentirse afín a un movimiento u otro. Pero sí es posible entender que existía un sentimiento de descontento común y una necesidad de cambiar la situación por parte de las miles de personas que acamparon en las plazas de las distintas ciudades españolas. En Cuenca la situación no era muy distinta, tal y como apunta Marta Pérez: “existía una inestabilidad desde Aznar que nos estaba quemando a todos”. Es el caso también de Miguel Ángel Escobar, maestro de inglés, que sentía la necesidad de un cambio en la sociedad y en el sistema: “Llevaba ya muchos meses, incluso un par de años que sentía que las cosas no estaban bien ni a nivel político ni a nivel social, pero sobre todo, no estaban bien a nivel humano. La sociedad estaba demasiado desmembrada y el ser humano demasiado desconectado de otros seres humanos”.
Una de las concentraciones en la Plaza de San Esteban
de Cuenca. 2011

Así durante la Acampada Cuenca, ubicada en la Plaza de San Esteban, se dieron lugar asambleas generales diarias. El funcionamiento de la acampada respondía con creces a la esencia del movimiento, basado en una estructura horizontal y alejada de jerarquías. Tal y como se afirma en su
informe de organización, y como en el resto de las ciudades españolas, el 15M en Cuenca se organizó a través de comisiones de trabajo de diferente temática, véase Comisión de Comunicación, Comisión de Acción, o Comisión de Extensión. En las reuniones de estos grupos se recogían y se llevaban a cabo las propuestas que eran votadas en la asamblea general.
Durante este período, Acampada Cuenca estaba formada por un grupo heterogéneo de personas que aparentemente no estaban vinculadas a ningún partido, y que respondían a múltiples ideologías. En cuestiones de edad, predominaba un sector mucho más joven en contraposición con los inicios, en los que la actividad era llevada a cabo por un sector de gente más mayor, que a raíz de Acampada Cuenca, fue desvinculándose. Así lo afirma Flora Pérez, quien fue testigo de un cambio en el perfil de los ‘indignados’ una vez establecida la acampada: Después del 15 de mayo, todo cambió radicalmente. El éxito de la convocatoria, inesperado incluso para todos los organizadores nacionales, atrajo a miles de personas a todas las plazas de España. Todo lo que pasó antes del 15M desapareció como el humo, y el movimiento adquirió un tono diferente. Se había prendido una mecha y había nacido el 15M, con otros organizadores y una coordinación más disciplinaria; con gente más joven que los precursores y con el nacimiento de las asambleas callejeras”. La organización se consolidaba y se disciplinaban los argumentos, pero del grupo original de la concentración del ‘Estado del Malestar’ quedaban pocos miembros. En este punto se plantean algunos aspectos como por ejemplo, ¿Por qué esa desvinculación? Marta Pérez lo relaciona con una cuestión de tiempo y de la consolidación de la idea central: “se necesitaba tiempo y la gente no lo tenía. Al principio todo era más ‘light’, pero a medida que se fueron consolidando los argumentos, muchos dejaron de sentirse identificados con el movimiento”.

Después de un mes de movilización en la Plaza de San Esteban, la Acampada Cuenca levantó su campamento el 19 de junio de 2011. Es en este momento cuando se empezaron a notar los puntos débiles del 15M conquense. Se han barajado distintas posibilidades sobre cuál puede haber sido el motivo de esta desarticulación, pero todo apunta a una cuestión de tiempo y de calendarios. Teniendo en cuenta el predominio de estudiantes y universitarios en la Acampada Cuenca, la llegada del verano supuso el regreso para muchos a sus ciudades y pueblos de origen, dejando a un lado la actividad. Como apunta Pérez, “siempre hay mucha gente que se implica inicialmente, pero después se desmotiva y abandona”. Tras el verano, hubo un repunte en la actividad con la manifestación del 15 de octubre, pero el resurgir no duró demasiado. Definitivamente, tras las vacaciones de verano, el movimiento fue perdiendo fuerza. Los que en su día empezaron, o bien ya no residen en Cuenca, o bien dejaron al lado la actividad, o bien la continuaron desde otras plataformas.

Muchos achacan esta pérdida de fuerza al hecho de que Cuenca sea una ciudad pequeña, con poco ambiente y cercana a Madrid. Así lo cree Marta Pérez: “En Cuenca, había mucha gente que estaba a favor del movimiento pero miraban a Sol. Nos veían como los cuatro niñatos que no saben de lo que hablan, o al menos, esa es la sensación que yo tengo. De hecho, había personas que iban a manifestarse a Madrid y en realidad, donde hacían falta fuerzas era aquí”.

Es más que evidente que muchos de los que en su día integraron el 15M en Cuenca, se han ido desvinculando. Según Marta Pérez, las razones se basan principalmente en cambios de residencia, falta de compromiso por falta de tiempo, concreción de los objetivos, etc. Sin embargo, ante la situación de un cambio de residencia, muchos no parecen dejar la actividad completamente. Es el caso de Flora Pérez, que sigue el movimiento por la red: Actualmente me dedico sólo al ‘clickactivismo’ (difusión online). Tenía que retomar mi vida por circunstancias personales. Hago mi aportación difundiendo lo que creo más interesante para la concienciación de ciertos asuntos”. En otros casos, han prevalecido otras razones de carácter más personal como reconoce Ana Baeza, una de las antiguas integrantes: No sigo vinculada al movimiento porque ya no vivo en Cuenca por una parte, y por otra parte porque dejó de ser lo que yo esperaba y se politizó mucho, se burocratizó cualquier acción y en las asambleas no se llegaba a nada, era todo marear la perdiz. Ya no era aquello en lo que había empezado con tanta ilusión...”


Asamblea de la PAH de Cuenca. 2013
Con el paso del tiempo, han ido apareciendo diferentes grupos que articulan las luchas en la ciudad conquense: Plataforma contra el cementerio nuclear en Cuenca; Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), creada recientemente; Plataforma en defensa del ferrocarril público y social de cuenca, y la Plataforma para la defensa de los servicios públicos y sociales de Cuenca, la cual se divide en las siguientes secciones:  Asamblea Intercentros de Cuenca, constituida sobre todo para profesores de los institutos; Movimiento Estudiantil Universitario de Cuenca (MEUC) y, Coordinadora de Estudiantes e Institutos en Cuenca (CEIC), y la Plataforma por la Defensa de la Sanidad Pública en Cuenca. A estas plataformas, algunas de las cuales ya existían antes del 15M, fueron acudiendo distintos miembros que antes habían pertenecido a Acampada Cuenca. Algunos afirman que tienen una participación algo más regular, mientras que otros han realizado colaboraciones más esporádicas, como es el caso de Javier Navarro, informático: encontré hace dos meses trabajo en Madrid, y esto ha hecho que no pueda participar activamente, pero seguía participando hasta entonces en las asambleas de la Plataformas para la Defensa de los Servicios Públicos y Sociales de Cuenca, Plataforma de Sanidad, y en otras actividades de otras plataformas también, como la de en contra del ATC, Educación, Huelgas... Mi actividad actual ha sido participar en las manifestaciones y movilizaciones como los escraches en Madrid”.

Al haberse concretado los objetivos, también ha cambiado el perfil de los militantes. En función de la materia de las reivindicaciones (educación, sanidad, afectados por la hipoteca, etc.), suele predominar un perfil característico. Por lo general, las nuevas plataformas están formadas por gente de mediana edad que se ve perjudicada por los recortes o la legislación restrictiva en diferentes sectores. En relación a ello, Marta, que en la actualidad colabora en la comunicación y cartelería de diferentes asambleas, cree que es un error: “Antes teníamos unos objetivos más generales, pedíamos más democracia, íbamos en contra del sistema… Y sin embargo, ahora se ha ido demasiado a lo concreto. Está muy bien que la gente se agrupe y defienda lo que les toca a nivel de su trabajo. Pero para mí, es un problema que esas personas se centren solo en defender lo suyo. Me parece una postura un poco egoísta. Además, la raíz de todos los problemas es la misma: el sistema”. Según esta indignada debería haber más unión y claridad entre los integrantes de estas plataformas. También considera que es un problema que muchos de los que integran las plataformas pertenezcan a partidos políticos como el PSOE, y se replantea dudas acerca de las intenciones de este tipo de filiación. Según Marta, es un error denunciar al gobierno popular sin hacer autocrítica, ya que induce a la confusión de la ciudadanía.



Concentración del 15M en Cuenca en el año 2011
A pesar de que ya no continúen los mismos miembros, la actividad no ha cesado, simplemente se ha transformado en objetivos a corto plazo, más concretos. Así lo explica el sociólogo Manuel Castells en su artículo ‘#12M15M’: “Este es un movimiento rizomático, con múltiples nodos cambiantes y autónomos, que vive en las redes sociales en internet y entre la gente, que mantiene el fuego de la indignación mientras las cosas sigan como siguen y que aparece, desaparece y reaparece en el espacio público para palpar su existencia y elaborar un proyecto de cambio social. Al ser un movimiento sin jefes, basado en la horizontalidad y la participación, sin normas ni programa, supera cualquier circunstancia. Ni se crea ni se destruye, se transforma. Incluso sobrevive al peligro de los movimientos sociales: su autodestrucción por peleas internas”.

La evolución del movimiento en Cuenca ha demostrado que hay motivos para la esperanza. La reciente intervención para que no se privatizara la perrera municipal ha logrado salvar la vida de muchos animales. Además, existe una lucha activa para que el ayuntamiento conquense no privatice la gestión del agua, llevada a cabo por la Plataforma en Defensa de los Servicios Públicos y Sociales de Cuenca. Todo ello demuestra que la actividad, aunque transformada en diferentes objetivos y plataformas, sigue presente en la agenda de los ‘indignados’ conquenses. Poco a poco se van cumpliendo estas pequeñas metas y se plantean nuevos retos, lo que indica que la lucha del 15M no ha desaparecido realmente en Cuenca. Una de las razones por la que podemos llegar a esta conclusión, es el espíritu de cambio que afirman tener muchos de los entrevistados, como Marta Pérez: “Creo que aunque físicamente haya perdido fuerza, la gente ha asimilado los conceptos básicos y ha comprendido que esto no es una verdadera democracia. El 15M ya está en el interior de las personas, y una vez que has estado vinculado al movimiento, es difícil abandonarlo realmente”.

La pervivencia del movimiento en Cuenca se pudo comprobar el pasado día 15 de mayo en el acto conmemorativo que se celebró en la Plaza de la Hispanidad. Los asistentes volvieron a reunirse en círculo y a debatir sobre la huella que ha dejado el 15M en la ciudad dos años después. La mayoría coincidieron en la importancia del movimiento en la ciudadanía como una toma de conciencia y un cambio de actitud. Además, resaltaron la grata experiencia personal que ha supuesto formar parte del primitivo 15M y de las posteriores plataformas que han ido surgiendo. Sobre todo, les ha ayudado a darse cuenta que no están solos en su lucha.


La celebración de un acto como éste demuestra la influencia del movimiento en la ciudad. Puede que haya cambiado la estructura y organización del movimiento, pero la esencia sigue viva.

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