miércoles, 10 de abril de 2013

Desmontando al lobby


Los lobbys son organizaciones que reúnen a un colectivo que comparte los mismos intereses para velar e influir por ellos ante la Administración Pública. También se les ha definido, de manera más “vulgar”, como grupos de presión. Pero además de tener su propio plan de comunicación, los lobbys también tienen la labor de crear planes de comunicación para hacer de portavoz de otras empresas. 


  • La primera de ellas es la investigación. Se trata de indagar y documentarse sobre todo lo que esté relacionado con la organización y su entorno.
  • La segunda fase estaría relacionada con la implantación de los objetivos que se van a perseguir, y en base a ellos, elaborar la propia estrategia.
  • En una tercera fase se trataría de llevar a cabo el plan propuesto, y todas y cada una de las pautas que se han fijado para conseguir los objetivos.
  • Por último, solo queda hacer una evaluación de los objetivos que se han perseguido. Sin embargo muchos planes de comunicación no fijan esta fase entre sus pasos a seguir.
Pero además que fijar el plan de comunicación, los lobbys deben cuidar otros detalles:
Su auditoría de comunicación, tanto interna, analizando el clima laboral de la empresa, como externa, con el tratamiento de la marca a través de los medios de comunicación.
La comunicación interna, eliminando las posibles barreras que puedan surgir, para que la comunicación fluya de manera eficaz.
El control de la comunicación en épocas de crisis, sabiendo sacar partido de las situaciones más negativas que puedan producirse en la organización. Elaborando planes que puedan llevarse a cabo en situaciones que escapan del control. Porque ya lo dice el dicho: más vale prevenir que curar.
Responsabilidad social, mirando siempre por el bien de la sociedad, debiendo ser éste siempre uno de los principales objetivos.
Saber llevar a cabo eventos donde puedan conectar con el público.

       Logotipo de Unesa, uno de los lobbys de España.
Todas estas claves llevadas de manera correcta pueden asegurar el éxito de la organización. Pero sobre todo, lo más importante es que el lobby sepa hacer bien su función por naturaleza. Es decir, que realmente comuniquen y defiendan eficazmente los intereses por los que se les reclama, con la total transparencia y legalidad, y actuando éticamente. Porque si los lobbys están bien organizados, tienen mucho poder para influir en los gobiernos: “El lobby puede moldear las políticas a su interés” decía Belén Balanyá, cofundadora de Observatorio Europeo de Corporaciones (CEO), para el programa de Salvados dedicado a la influencia de los lobbys en España.



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